sábado, 1 de diciembre de 2012

PALABRAS


  Hay palabras que jamás debimos de haber pronunciado porque las palabras son armas en algunos momentos. Una simple palabra puede abrirte la puerta a un paraíso, a tus sueños, a tu futuro. Una simple palabra puede hacerte la persona más feliz aunque sea durante unos instantes .Pero  una palabra puede ser también un billete de ida a un viaje que con el tiempo verás que   nunca deberías haber iniciado. Y no siempre conseguirás el billete de vuelta. 
  Nunca entenderé como para algunas personas, las palabras son sólo un conjunto de letras, vacías de significado, de emociones, de sentimientos. Como pueden de manera tan gratuita y tan fácil usarlas.No se dan cuenta de para algunas personas puede ser ese el principio del fin. Cada palabra puede ser el prólogo de una historia, pero también el punto final de ella. Cada palabra puede elevarte al cielo pero también destrozar tus ilusiones. Pero no se puede culpar siempre a los demás porque a veces los únicos culpables somos nosotros, por esa necesidad de llenar ciertos vacíos en nuestras vidas y ver en las palabras una tabla de salvación. Las palabras tienen su significado así que no te esfuerces a veces en buscar otras interpretaciones para ellas. Son lo que son y significan lo que significan. Pueden verse algo adornadas para regalarte los oídos pero recuerda que en algunos momentos son sólo cantos de sirenas.
  Y la vida es el mejor sistema de enseñanza y de ti depende ser un alumno aventajado. Así que elabora tu propio diccionario ,no dejes fuera ninguna de las palabras que en algún instante te hicieron feliz pero tampoco las que te han hecho llorar , sufrir, sentirte mal, darte cuenta que eras un viajero sin rumbo . Porque tanto unas como otras son parte de tu libro, ya sea el prólogo o el capítulo final. Y a pesar de todo por unos instantes esas palabras en algún momento te llegaron incluso a  parecer pronunciadas con el corazón y el error no fueron las palabras sino el escritor.




No dejes que termine el día

sin haber crecido un poco.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida

algo extraordinario.

No dejes de creer en las palabras.

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