Según iba caminando por la arena sentía como sus
píes se hundían, cada paso dejaba una estela de huellas que con la llegada a la orilla de la siguiente ola se
iban difuminando, desapareciendo. Dejó por un momento de caminar para volver la
vista hacía atrás y contemplar como ya no quedaba ni un rastro de sus pasos a
lo largo de toda la playa. Así se sentía a veces, como esas pisadas que duraban
apenas unos minutos. Tenía la sensación que igual que ellas no dejaría huella en
su paso por esta vida, huellas en nada ni en nadie .A su cabeza afloraron todas
aquellas situaciones que no supo o no quiso resolver y que guardó durante tanto
tiempo bajo llave en el baúl del olvido. La huida había sido siempre su mejor arma,
siempre resultó más fácil no afrontar e intentar borrar que enfrentarse. Con
el tiempo se había convertido en toda una experta. Pero jamás pensó que con eso
sólo conseguiría pasar de puntillas por
la vida. Intentó siempre borrar cualquier atisbo de sentimiento por miedo, ese
maldito miedo a volver a sufrir y al final todos y cada uno de ellos
volvían para atormentarla. Miles de preguntas martillean constantemente su cabeza en busca de respuestas,
respuestas que no era capaz de encontrar: ¿Alguien me recordará? ¿Para alguien
sería alguna vez importante? ¿Por qué? Sus ojos se llenaron de lágrimas. Unos
ojos que hacía mucho tiempo que no sabían lo que era llorar .Se había prometido
no derramar una lágrima más por nada ni nadie. Cerrando su corazón no
podrían volver a lastimarla y se había
jurado que nunca más sufriría, pero ahora sentía que el daño mayor se lo había
causado a ella misma durante todos estos años con esa actitud. Vivir esquivando
los sentimientos sólo logró aislarla, hacerla sentirse ahora vacía y
sola, inmensamente sola. Y ya no le quedaba tiempo para remediarlo.La vida había puesto en marcha su cronómetro .En esa
cuenta atrás hacia el final,cada vez más cercano, necesitaba al menos saber para justificar su
actitud y liberar algo de su dolor y en esa búsqueda de respuestas sólo
halló una: por cobardía, por miedo a volver a amar y no ser amada. Y ahora ya
es demasiado tarde...
Sigo queriendo intentar pensar que no lo es...aunque vuele el tiempo. Escríbelo, reescríbelo mil veces si es necesario. Ahí quedara tu huella.
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